viernes, 12 de septiembre de 2008

Por la suma de $1,50.- la línea de colectivos 148 (“El Halcón”, para íntimos) une Plaza Constitución con el centro de Florencio Varela en aproximadamente una hora y quince minutos.
Utilizan sus servicios miles de personas por día, desde los que bajan en Varela hasta los que van a otros lugares del sur del conurbano, como Avellaneda, Bernal o Quilmes.
A partir de las 5 de la tarde, Plaza Constitución comienza a atiborrarse de personas que hacen las filas para tomarse los distintos ramales del 148, filas que pueden llegar a una longitud de 100 metros, ya que en hora pico el servicio es de un colectivo cada 20 minutos. Esto significa que –muchas veces- uno debe dejar pasar 2 o 3 colectivos para poder entrar en uno.
Hasta acá una síntesis del servicio brindado por esta línea de colectivos del cual podemos responsabilizar a la empresa. Pero a continuación noten qué clase de personas viajan en ella:
Existe en Plaza Constitución una casilla en la que expenden los boletos en forma manual, lo cual es un servicio muy loable para los que no cuentan con monedas. Es decir que ahí uno puede ir con un billete de 2 pesos, le dan el boleto y 50 centavos de vuelto, mientras se apresta para ir al último lugar de la fila de 100 metros de la que ya les hablé para subir al colectivo. Por supuesto que –mientras uno perdió tiempo sacando el boleto en forma manual- la fila de espera del colectivo se fue acrecentando, “serán personas que tienen monedas para sacar el boleto por máquina expendedora” piensa uno en su más absoluta inocencia. Lo cierto es que uno llega a la fila con su boleto conseguido en la casilla y, las mismas personas que están delante, se dan vuelta y le dicen al de atrás “voy a sacar el boleto a la casilla, cuidame el lugar”. Es decir que los hijos de re mil perra se ponían en la cola de espera del bondi sin tener monedas, adelantándose a los estúpidos como yo, que hacen una fila previa para sacar boleto y después pretenden quedarse con el lugar conseguido en forma ilegítima para ir a sacar el boleto a la casilla. Es obvio que uno está atrás de ellos en la cola sencillamente porque antes estaba sacando el boleto, que es lo mismo que debieron hacer ellos.
Esta es una lamentable práctica que ya se hizo costumbre en los usuarios del 148 y, ante esto, quiero saber qué les parece que tengo que hacer. Acá van las opciones:
a) Tenés que sumarte a la práctica de ellos y garcarles el lugar a los giles que hacen las cosas como corresponden. Además, como abogado, deberías saber que la costumbre es una de las fuentes de la ley y esto ya es una costumbre.
b) Tenés que decirles que no le cuidás el lugar ni en pedo y que si quieren ir a sacar boleto a la casilla, que después se pongan al final de la cola como hiciste vos (cabe aclarar que esta opción incluye la alta posibilidad de irse a las manos)
c) Tenés que llevar varios bidones de nafta e incendiar Plaza Constitución en un fuego purificador.
Espero ansioso sus sugerencias, las cuales en modo alguno pueden incluir “tomate el tren”. Quien diga eso, nunca en su vida se tomó el Roca.

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