Resulta ser que estoy haciendo un posgrado en Derecho Penal en el que curso una materia relacionada con el holocausto judío de la 2º Guerra Mundial.
En mi afán de conocer sobre ciertos detalles del tema, me enteré que existió un diplomático sueco llamado Raoul Wallenberg, quien salvó a miles y miles de judíos húngaros de la persecución nazi, dándoles unos documentos especiales que señalaban que el portador estaba bajo la protección de
En las historias y películas que uno se acostumbra a leer y ver desde chico, quien realiza un acto heroico como el que realizó Wallemberg, termina teniendo su recompensa: Quien devuelve el dinero encontrado que no le pertenece es compensado con una generosa retribución. El muchacho poco agraciado que le salva la vida a la mujer de sus sueños termina enamorándola.
Pero Wallemberg no tuvo su recompensa, justamente porque no es el personaje de una película sino que fue una persona real. Fue detenido y murió a manos del ejército soviético al ser confundido con un espía norteamericano.
Desde acá va mi homenaje a todos aquellos héroes cotidianos que realizan actos de ayuda a otros y nunca serán compensados por eso.
En virtud de la extrema seriedad del post, me veo obligado a ponerle un toque de humor para matizar la cuestión.
Solamente Capusotto puede hacerme cagar de risa con un tema tan serio como el racismo: