Cuando me casé con mi marido él hizo un muy lindo video donde representábamos un poco nuestra vida; desde nuestros padres, el nacimiento…la infancia…la adolescencia…cuando nos conocimos, y año a año de novios. Como todo video debía tener sonido, una melodía que lo acompañe. Cada uno eligió para “su parte” de “su vida”, “su canción”; pero hete aquí que faltaba elegir posteriormente aquella que significara algo para los dos, una canción que hable de nosotros, que nos resuene y que nos guste a ambos.
Casi al unísono expresamos: una del calamar. Fue extraño ya que en general (o mejor dicho en particular) con él no nos caracterizamos por compartir el mismo estilo musical.
“Te Quiero Igual” de Andrés Calamaro o “El Calamar” como lo llamamos, representa no solo un momento muy especial de nuestras vidas, sino millones de momentos compartidos y no compartidos que nos hubiera gustado compartir también.
Sus metáforas representan en mí: un más allá de todo; el valor y la imponencia con que el sentimiento más humano y noble te da vuelta la vida y te transforma; te moldea e hipnotiza (al decir de Sigmund Freud); te desnuda; te mata; te desarma y te hace sufrir: “…pero igual te quiero…no me gusta esperar pero igual te espero, primero te quiero igual…”.
Casi al unísono expresamos: una del calamar. Fue extraño ya que en general (o mejor dicho en particular) con él no nos caracterizamos por compartir el mismo estilo musical.
“Te Quiero Igual” de Andrés Calamaro o “El Calamar” como lo llamamos, representa no solo un momento muy especial de nuestras vidas, sino millones de momentos compartidos y no compartidos que nos hubiera gustado compartir también.
Sus metáforas representan en mí: un más allá de todo; el valor y la imponencia con que el sentimiento más humano y noble te da vuelta la vida y te transforma; te moldea e hipnotiza (al decir de Sigmund Freud); te desnuda; te mata; te desarma y te hace sufrir: “…pero igual te quiero…no me gusta esperar pero igual te espero, primero te quiero igual…”.
La versión en vivo es mi favorita y me desarmo cuando “El Calamar” agrega: “El día que me quieras no habrá más que armonía, endulzará sus cuerdas el pájaro cantor, florecerá la vida y no existirá el dolor”.
Amar implica un más allá de todo, no importa qué ni como; es, y ya. No importa como sea el otro o cuanto merezca nuestro amor, está, y ya. No importa cuanto querremos que desaparezca (o cuanto hagamos para esto), se impondrá nomás.
Amar implica un más allá de todo, no importa qué ni como; es, y ya. No importa como sea el otro o cuanto merezca nuestro amor, está, y ya. No importa cuanto querremos que desaparezca (o cuanto hagamos para esto), se impondrá nomás.