martes, 6 de mayo de 2008

Mire atrás al bajar

1

Los idiomas suelen tener una serie de palabras llamadas deícticos. Son aquellas cuyos referentes y significados varían según las circunstancias en las que son pronunciadas. Son sobre todo adverbios de lugar y de tiempo y pronombres. Por ejemplo: acá, ahora, yo. Los términos delante y detrás, y sus variantes adelante y atrás, también son deícticos.

El que me interesa destacar ahora es el último de los mencionados, atrás, que significa “hacia la parte posterior”. Y me interesa destacarlo por una frase que me intriga desde hace dos décadas y media (desde que empecé a leer y a viajar en colectivo, digamos) y sobre la cual consulté en distintos momentos de mi vida y casi nunca nadie me respondió con certeza y convicción. La frase aparece en la puerta trasera de los colectivos y reza lo que el título de este post: Mire atrás al bajar.

2

Es decir: “Mire hacia la parte posterior al bajar”. Pero, ¿hacia la parte posterior de qué o de quién? La frase dispara otra pregunta: ¿cuándo es “al bajar”? ¿Durante todo el proceso de descenso? ¿En el momento preciso de despegarme del colectivo para poner pie en tierra firme? ¿Cuándo finalmente ya hube bajado? ¿En el momento inmediatamente anterior a la salida?

Son preguntas francamente intrigantes. Si uno va caminando por la calle y de pronto alguien le dice “mirá atrás”, uno lo que hace es darse vuelta. Entonces, ¿tengo que darme vuelta antes de bajar del colectivo y mirar a la persona que tengo detrás? ¿Es por si intenta robarme algo aprovechando de que lo descubriré recién cuando esté abajo y no podré reclamárselo? ¿O es que “al bajar” implica todo el proceso de descenso y tengo que salir del colectivo con el cuello rotado como una lechuza, o directamente caminando de espaldas? (Lo cual me dispara otro interrogante más: cuando uno camina de espaldas, ¿está mirando hacia atrás o hacia adelante?)

¿O es que “al bajar” implica el momento posterior (no es ilógico pensarlo, ya que los mensajes que nos piden que controlemos el vuelto “al recibirlo” quieren decir “en los instantes inmediatamente posteriores a recibirlo”), y uno debe descender del colectivo, poner los dos pies en tierra y, entonces sí, torcer el cuello y mirar atrás? Atrás de uno, por supuesto, donde está aún el colectivo. O donde estuvo hasta un segundo antes, si es que el colectivero arrancó raudamente. Salvo, desde luego, que uno cancheree bajando de costado, antes de que el colectivo haya frenado por completo, con lo cual mirar atrás implicará mirar la vereda por encima del hombro.

3

Todo esto por no hablar, por supuesto, de los numerosos riesgos que implica mirar atrás en el preciso momento de despegarse del colectivo para poner pie en tierra. Quien lo haya intentado sabrá que torcer el cuello en ese instante provoca una sensación de vértigo muy pronunciada, que puede venir acompañada de un mareo y, en el peor de los casos, de un tropezón que sea, también, caída. Otros riesgos que habrá corrido quien lo intentó son los de calcular mal el lugar de apoyo del pie (especialmente si el colectivero no es lo suficientemente atento o si uno debe bajar en zonas de veredas rotas o directamente ausentes) y meter el pie en un charco o en un pozo. Eso sí, quien haya atravesado tal experiencia se habrá sentido, por un segundo, Ronaldinho o Magic Jonson o alguno de esos jugadores que dan los pases mirando para otro lado y son tan pistolas. (Y todo esto por no entrar aun en más detalles, como cuál sería ese momento preciso en que uno se despega del colectivo para poner pie en tierra, distinguiendo entre los conservadores que no dejan de pisar el vehículo con un pie hasta que tienen el otro bien sostenido por el suelo y los arrojados que pegan un saltito, caen al vacío durante una fracción de segundo y luego retoman su bípeda andadura.)

En fin, que las palabras adelante y atrás son complejas. Con los libros suele pasar lo mismo. Imaginemos esta situación: uno está leyendo un libro que tiene en total 200 páginas y va por la página 100. Alguien se le acerca y le pregunta si va por un pasaje en particular, y el lector responde: “No, eso está más adelante”. ¿Qué quiso decir? Probablemente que aún no llegó a tal pasaje, es decir, que está en algún lugar entre las páginas 100 y 200. Sin embargo, al preguntársele por la parte de adelante de un libro, la respuesta se referirá a la tapa. Entonces, ¿cuál es la parte de delante de un libro? ¿Cuál es la parte de atrás?

4

Menciono, nobleza obliga, que hay quienes me dijeron que el mensaje Mire atrás al bajar se refiere al atrás del colectivo, y la idea sería que uno mire si por el hueco que queda entre el colectivo y la vereda no viene algún otro vehículo que pudiera embestirlo. La idea es absurda —como ustedes ya lo habrán razonado, queridos lectores— porque se supone que el colectivo siempre se estaciona bien pegado al cordón y que ningún vehículo, ni siquiera una bicicleta, sería tan imprudente de pasar por allí; pero sobre todo es absurda porque, de ser así, el mensaje no diría “mire atrás” sino “mire a la derecha al bajar”. Pero cumplo en mencionar esta remota posibilidad.

5

Si alguien tiene una respuesta mejor para darme, la espero con los brazos y el corazón abiertos de par en par.