Soy de la generación que se crió, vivió y creyó en los superpoderes de: Auto Fantástico, Superman, La Mujer Maravilla, Batman, Meteoro (‘como lo adoraba…’), entre otros. Como era niña lo importante era creer en algo mágico para idolatrarlos, cuyo fin único era querer ser como ellos… ¿Quién no ha tenido el sueño de un día despertar y tener un superpoder, un don, una destreza…? Todos.
Hoy ya no. Fui percatando cada vez con más crudeza la desdichada vida de infortunios con las que hay que vivir si se es un “héroe”: historias teñidas de fracasos, dolor y sobretodo mucha soledad. Los superhéroes suelen denominarse como esos incomprendidos sociales, siempre al resguardo de ser descubiertos y que por ende tratan de ocultar su identidad casi constantemente; no pueden confiar en nadie, no se pueden comprometer, no pueden amar, no pueden soñar: sus sueños siempre estarán enlazados a los sueños de otros que no serán nunca propios sino ajenos, son prisioneros en sí de ese “don”.
Ejemplos sobran: Claire Bennet, la animadora de la serie dramática “Héroes”, quien sabe cuanto tendrá que escaparse para no ser encontrada por Sylar; Gatúbela, linda – histérica y desmerecida por un jefe autoritario quien la utiliza cotidianamente; El Hombre Araña: dramática historia la de Peter Parker, quien bajo el rostro de un mediocre periodista tendrá que posponer su proyecto de vida y el amor de Marie Jean en pos de salvar a New York de la delincuencia; nuestro adorado Murciélago: destinado a vivir en las tiemblas bajo una identidad oculta para resguardar a Ciudad Gótica de sus archienemigos; el tímido y torpe Clark Kent, quien en su ámbito laboral nadie jamás podría adjudicarles aptitudes ni habilidades de valentía y destreza a la hora de atacar al enemigo; los personajes de la serie Héroes quienes bajo la imponente premisa de ‘Salvar a la Humanidad’ comenzarán un camino de desventuras de las cuales no podrán deshacerse: Peter Petrelli (enfermero con habilidades múltiples –pudiendo a su vez absorber poderes ajenos- creció bajo sombra de su hermano mayor: Nathan), Hiro Nakamura (un oficinista japonés que puede romper la continuidad espacio-tiempo, y tele transportarse), Matt Parkman (ex-policía de Los Ángeles con la habilidad de escuchar los pensamientos de los demás, y a medida que se desarrolla la trama descubre que puede controlar los pensamientos ajenos); y la lista es interminable.
Una vida colmada de sacrificios es la opción irrefutable. ¿Cómo usar los superpoderes? Es la gran incógnita a resolver… Claro está que no siempre el camino más fácil es el que se encuentra exento de dolor; pero así y todo, nuestros “Archi Villanos” fueron súper héroes incomprendidos refugiados en el desden de la humanidad toda.
No por nada su amado tío expresó a Peter Parker minutos antes de morir: “…un gran poder implica una gran responsabilidad…” La entrega individual será la misión y la orden del día de “nuestros súper- archi- mega héroes”.
Prefiero ser normal.
Hoy ya no. Fui percatando cada vez con más crudeza la desdichada vida de infortunios con las que hay que vivir si se es un “héroe”: historias teñidas de fracasos, dolor y sobretodo mucha soledad. Los superhéroes suelen denominarse como esos incomprendidos sociales, siempre al resguardo de ser descubiertos y que por ende tratan de ocultar su identidad casi constantemente; no pueden confiar en nadie, no se pueden comprometer, no pueden amar, no pueden soñar: sus sueños siempre estarán enlazados a los sueños de otros que no serán nunca propios sino ajenos, son prisioneros en sí de ese “don”.
Ejemplos sobran: Claire Bennet, la animadora de la serie dramática “Héroes”, quien sabe cuanto tendrá que escaparse para no ser encontrada por Sylar; Gatúbela, linda – histérica y desmerecida por un jefe autoritario quien la utiliza cotidianamente; El Hombre Araña: dramática historia la de Peter Parker, quien bajo el rostro de un mediocre periodista tendrá que posponer su proyecto de vida y el amor de Marie Jean en pos de salvar a New York de la delincuencia; nuestro adorado Murciélago: destinado a vivir en las tiemblas bajo una identidad oculta para resguardar a Ciudad Gótica de sus archienemigos; el tímido y torpe Clark Kent, quien en su ámbito laboral nadie jamás podría adjudicarles aptitudes ni habilidades de valentía y destreza a la hora de atacar al enemigo; los personajes de la serie Héroes quienes bajo la imponente premisa de ‘Salvar a la Humanidad’ comenzarán un camino de desventuras de las cuales no podrán deshacerse: Peter Petrelli (enfermero con habilidades múltiples –pudiendo a su vez absorber poderes ajenos- creció bajo sombra de su hermano mayor: Nathan), Hiro Nakamura (un oficinista japonés que puede romper la continuidad espacio-tiempo, y tele transportarse), Matt Parkman (ex-policía de Los Ángeles con la habilidad de escuchar los pensamientos de los demás, y a medida que se desarrolla la trama descubre que puede controlar los pensamientos ajenos); y la lista es interminable.
Una vida colmada de sacrificios es la opción irrefutable. ¿Cómo usar los superpoderes? Es la gran incógnita a resolver… Claro está que no siempre el camino más fácil es el que se encuentra exento de dolor; pero así y todo, nuestros “Archi Villanos” fueron súper héroes incomprendidos refugiados en el desden de la humanidad toda.
No por nada su amado tío expresó a Peter Parker minutos antes de morir: “…un gran poder implica una gran responsabilidad…” La entrega individual será la misión y la orden del día de “nuestros súper- archi- mega héroes”.
Prefiero ser normal.
10 comentarios:
Yo también prefiero ser normal, pero siempre envidiaré a la Mujer Maravilla (en cualquier momento me compro el disfraz, por lo menos para usar en casa)
hay que ver que entendemos por normal, aunque estos queridos amigos no la tienen nada facil, pero siempre soñe con algun poder que me trasportara de lugar en lugar, sin tener que viajar en subte y traspasar el kilombo del microcentro.
Eso es mi normalidad, todos los dias salir a peliar la vida.je
grande mi Hombre araña, es mi preferido.
Bueno, no voy a negarlo. A mí me encantaría tener superpoderes. Mi favorito, sin dudas, es el hombre invisible.
Pero no tengo la grandeza suficiente como para usar ese poder para el bien. Me la pasaría tocándole el hombro a las personas para que no vean a nadie cuando se dan vuelta y metiéndome en los partidos de Independiente para hacer goles a favor del equipo cuando todos pensarán que la pelota tomó un efecto extraño.
Quizás por eso nací normal.
jajajajajaja, buenísimo el comentario de Facu (ah, Facu: leé mi respuesta a tu comentario en mo blog)
una vez pensé q estaría bueno saber lo q los otros piensan, quizá por eso me hice psicóloga...
creanme, no hay nada lindo en lo que la gente no se anima a contar abiertamente, aguante la "normalidad"!!!
Ana:
Adhiero: el traje ese está bueno!!! Además uno en la íntimidad del hogar puede jugar y delirarse mal imaginando super poderes! je je Es como cantar o hacer poses en el espejo del baño...(uno hace cada cosas!)
Saludos. María.
Cecydececy:
Tenés razón el normal tiene que estar encomillado ("normal"); y según tus necesidades tendrías que ser Hiro Nakamura de la serie Héroes... aunque con más cuidado a la hora de usar los poderes: para no terminar en cualquier lado inoportuno o desafortunado como le pasaba a él...je je je.
Saludos. María
Facundo:
Me imagino que la tentación para utilizar los poderes con picardía están... el humor ante todo! Yo sinceramente me asuste cuando en tu comentario hablas de "tocar", realmente pensé que ibas a decir una parte del cuerpo diferente (y no el hombro)...bue!
Beso, María.
Ivy:
Vos necesitarías ser como Matt Parkman: el policía de la serie Héroes que lee los pensamientos, pero ojo! él de ese modo se enteró que su mujer le era infiel y que estaba embarazada!!! un bajón... je je je... A veces es mejor no tener poderes... je!
Saludos, María.
Ahhh qué tema... quizás lo realmente bueno sería tener los poderes de a ratitos ;)
Una especie de superhéroe controlado!!!
Saludos!!!
Eme:
Muy buena sugerencia! ...y un poquito de cada poder!!! je je
Saludillos. María.
Un monje le preguntó a Joshu: "Esta vaca, ¿tiene la naturaleza de Buda?"
Joshu respondió: "¡Mu!"
Yo empecé a sentir mas empatía por los villanos despues de ver Smallville. Juro que me cae mejor Lex Luthor que Clark Kent.
Igualmente si tuviera superpoderes los usaría solo para boludeces egoistas, así no tengo esos tremendos conflictos!
Palbo:
Gracias por tu ingenioso comentario.
María.
Ardillor:
Bien! alguien que empieza a valorar a los odiados y también desdichados "villanos"... que cuando uno empieza a conocer más de ellos les va tomando un cariñito especial... "en el fondo tienen corazón" je je je!!!
Aparte, mil veces actuan (en las series o películas) mejor que nuestros "heroés".
María.
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