lunes, 17 de marzo de 2008

Está: La Verdad y “La Verdad”.

Debatiendo infinidad de veces con amigos, conocidos, familiares, alumnos, e incluso conmigo misma he llegado a la natural conclusión de que no existe una respuesta que logre definir aquello que denominamos: Verdad. Desde tiempos inmemorables se habla de verdades a seguir y verdades a cumplir, verdades absolutas, verdad como antónimo de mentira.
Filósofos, teólogos y lógicos han considerado esta pregunta como objeto de debate. Desde ya, no pretendo yo definirla de modo acabado y certero sino que más bien (y a modo de práctica del pensamiento) intento seguir dejando el debate abierto a tal planteo existencial. Siguiendo las tramas de una película que me ha impactado: “The Truman Show” (con Jim Carrey - 1998) me he interrogado una y mil acerca de la felicidad relacionada con la verdad; relación que aprendemos desde que nacemos e intentamos llevar a la práctica día a día; lo cierto es que esta puesta en práctica resulta muy complicada y por ende nos enfrentamos a situaciones donde cuestionamos tales preceptos. ¿Es la verdad siempre la mejor opción? ¿La verdad conduce a la felicidad? Entonces ¿por qué instinto humano siempre la opción más rápida y eficaz parece ser la mentira y el engaño? ...y podría seguir planteando interrogantes…

Truman Burbank comienza su vida siendo uno de los cinco embarazos no deseados elegidos para ser la estrella del reality show televisivo llamado “El Show de Truman”. Llevado a cabo dentro de una ciudad completamente artificial llamada Seaheaven (Paraíso del Mar, literalmente), que a su vez está dentro de un enorme domo, Truman crece como la única persona del pueblo que no sabe que vive dentro de una realidad construida para el entretenimiento de aquellos que están en el exterior.
La historia de este sujeto transcurre: crece, estudia, trabaja, sueña, se enamora, y también comienza a cuestionar eso que llamamos identidad. Claramente, Truman no era concebido como sujeto sino como objeto, pero no quedaba ajeno de vivenciar cuestionamientos naturales de los seres humanos como: quiénes somos, qué deseamos, hacia dónde vamos, para qué estamos, por qué somos lo que somos, etc.
Alguna vez escuché a críticos que promovían que Truman era muy feliz con su realidad construida ya que tenía todo aquello que una persona podía anhelar: una familia, un trabajo, una casa, un auto, una linda chica a la cual conquistar, un lindo vecindario que lo acogía, etc. Ciertamente él poseía todo esto pero no se sentía pleno, algo faltaba, algo no funcionaba bien; obviamente Truman no sabía qué era. Afortunadamente “las cosquillas” que la identidad provoca cuando quiere darse a conocer fueron más fuertes y perseverantes. Los críticos seguían fundamentando que Truman era realmente libre ya que el resto del elenco actuaba su papel preso de un guión televisivo, y él no, sólo era. Digo yo, ¿era? ¿Vivía su vida o la vida que ellos querían que viviera? Claro, pero Truman era el único que no sabía la verdad que involucraba el engaño del que era parte, su realidad era una “verdad” cruel que lo limitaba influenciado por miedos y temores creados (e infundados) para que él no pudiera descubrir quién era.

Truman tiene que tomar una decisión. El sujeto debe enfrentarse a una gran responsabilidad, “responsabilidad subjetiva” para aventurarse, perder lo que se tiene, arriesgarse a lo desconocido: la nada, lo ajeno; también puede quedarse conforme con una historia superflua y siniestra, pero segura y conocida.
Es este el momento: único, singular, nodal donde ocurre: la libertad.
Truman se enfrenta a la verdad, pateado el tablero, y abre la puerta (oscura por cierto) y lo “descubre” todo. Nace así: su verdadera identidad.

Truman (un momento antes de salir del set, al final de la película):
"Por si no nos vemos luego: Buenos días, buenas tardes y buenas noches."

14 comentarios:

Naty dijo...

Me hiciste acordar a un caso de un chico adoptado, que se enteró a los 18 años su realidad y su verdad.

Es muy difícil la verdad, a veces complicada y dolorosa de manifestar. Pero la sigo eligiendo ante todo.

No pasaba porque pense que tu blog estaba cerrado, entendi mal...

Abrazo y buen comienzo de semana

FACUNDO, el que no se hequiboca. dijo...

María:
Está buenísimo lo que escribiste. Y deberíamos buscar la forma de diferenciar lo que escribimos cada uno porque parece que la gente está dispuesta a darme los méritos a mí, jaja, sino mirá el comentario de arriba.
La escena final de la peli es espectacularmente simbólica. Genial.

Anónimo dijo...

Cuando el mensaje es incompleto se hace casi imposible decodificarlo, aun así hay indicios o corazonadas que nos llevan a la puerta de salida (o entrada),eso le pasó a Truman, se le presentó una realidad artificial pero en su ser íntimo estaba la VERDAD. (Nunca dejamos de ser sujetos)
De todos modos, siempre hay lugar para un ¿"Qué"?


Besos

Barbaracho

Gisela Ange dijo...

María: Buen comienzo de blog! Me gustó mucho tu post... Qué bueno leer talentosos vecinos de Varela City, je.

Pienso que hay muchas cuestiones dando vueltas en esto: verdad, felicidad, realidad, libertad, conocimiento. Creo que la verdad es completamente relativa y subjetiva. Si tuviera que elegir una vida "feliz" como la de Truman, basada en la mentira,y una vida real y veraz, aunque no tan feliz, eligiría la segunda.
Creo que conocer es nuestra forma real de concebir Nuestra Verdad. Conocer, saber, diferenciar, optar, es lo más parecido a libertad a la que podamos ejercer.

Me gustó mucho!
Saludos para ustedes!

María dijo...

Naty:
Gracias por tus palabras, y te cuento que es un honor para mí que me confundas con mi amigo Facundo, quien tiene ardua experiencia en escritura de este tipo.
Hasta pronto.
María.

María dijo...

Facu:
Cada vez que vuelvo a ver esa foto más y más me maravillo! Aparte Jim Carrey es muy expresivo (y no es que lo admire demasiado.
Bueno, y otra cosa: viste que no tendrías que haber tirado la toalla!!!
En contacto. María

María dijo...

Barbaracho:
Qué decirle a usted?
Gracias totales por su comntario!
Y es muy cierto que nunca dejamos de ser sujetos, afortunadamente eso es algo que nada ni nadie nos puede quitar; es por ello que tenemos que luchar día a día y jamás dejar de preguntarnos: ¿Qué?
Respuestas sobran.
Cariños, María.


Gisela:
Elegir siempre es lo más complicado de vivir, bien decía mi padre: "él que no hace nada nunca se equivoca"; por esto y más sigamos eligiendo siempre...entre opción y opción están los "verdaderos" sentidos.
Nos veremos. María

Naty dijo...

Uy, María!!!, sorry!!!
Vine linkeada desde un comentario de Facundo!!

Mérito tuyo...sólo tuyo :)

Abrazo

Anónimo dijo...

Excelente artículo, Facundo. Jaja.
Facu se hizo la fama y ahora duerme el sueño de los injustos.
Más allá de esto, interesantísimo lo escrito por María. Imposible de llegar a conclusiones más o menos definitivas. Opinamos de Truman porque creemos tener en nuestra inteligencia el conocimiento de toda la baraja. ¿Alguien ve nuestras vidas de la misma forma? Es decir, ¿existe en la vida una verdad objetiva del tipo "serás lo que debas ser o sino no serás nada", una concepción que genera incontables buscadores de posibles espejismos? ¿O somos tan libres que la verdad será aquello que queramos que sea? Me quedo pensando, acaso sea el objetivo de todo escritor.
Felicitaciones a todos los porcinófilos.
Octavio

Anónimo dijo...

María:

Qué capacidad la tuya de combinar en un solo post los dilemas fundamentales de la vida de todos los mortales (que, esperemos, luchen siempre para seguir siendo sujetos sin sujeciones): libertad, elección, identidad, verdad, búsqueda. A veces tiendo a pensar que todas se reducen a la libertad, que sería imposible sin algo de verdad, y vacía sin algo de elección. Pero al mismo tiempo, y tal como le pasa a Truman, ¿somos realmente libres si en última instancia no somos dueños de nuestra identidad? Porque aunque es verdad que, como bien dice Sartre, la libertad y la construcción de la identidad requieren una responsabilidad enorme de la que casi nunca somos conscientes, creo que pocos somos los dispuestos a eximirnos de esa responsablidad para optar por el camino cómodo de la determinación exterior. A mí también esa película me impactó mucho y me hizo pensar que a veces, aunque vivo en realtivamente completa libertad, me comporto como si alguien hubiera construido mi vida por mí. Comentarios como el tuyo ayudan a reflexionar sobre la importancia de tomar las riendas y ser dignos de esa libertad. Muy bueno.

Anónimo dijo...

uf, tengo 20mil opiniones.

Empiezo x contarte que cuando entre en mi carrera, arq, en el cbc (que es compartido con todos los diseños incluído imagen y sonido), nos hicieron analizar la estética de esta película, donde se utilizan colores pasteles todo el tiempo, las casas son prefabricadas una igual a la otra y existe cierta homogeneidad de materiales y formas.

Eso como símbolo del orden y perfección de la vida artificialmente creada para él.


Creo que "la verdad" como todo lo que hace el hombre es algo subjetivo y relativo. Es decir, yo pienso que hasta la ciencia es relativa en tanto es una construcción de un hombre que pensó en tal o cual dirección, todo puede ser subjetivizado.

Así que para mi la objetividad como tal no existe, también es otra construcción del hombre.

La mentira es algo feo que puede evitar confrontaciones o dolores de alguna persona

En lo personal, siempre opté por ser directa aunque hiera, aunque callarse la boca me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza.

Así que , muy buena pregunta, qué es "la verdad"?

Anónimo dijo...

Octavio:
Gracias por tu comentario.Sobretodo por confundirme con Facu, ja ja ja!
Y con respecto a lo escrito en el articulo, y según lo que reflejan tus palabras, se ha cumplido mi meta: dejar pensando al lector. Pensar y pensar... y volver a pensar es lo que nos puede hacer definitivamente libres.
Saludos. María.


Vero:
Gracias por tus reflexiones e interrogantes también.
Tomar las riendas de nuestras vidas no es sin costo invaluable, pero vale la pena...creo.
Y si, la objetividad no es más que subjetividad concensuada socialmente. Por ende, solo vivamos y dejemos vivir.
Saludos. María.


Uoman:
Muy interesante lo que mencionas respecto a las características del vecindario de Truman, cuando todo es tan perfecto o pretende serlo tan obsesivamente, algo no funciona bien. Esa fascinación que intentaban lograr en Truman fue precisamente lo que lo hizo dudar: todo muy bien, todo igual, todo identico, todo tenía una explicación...solo eran datos de una gran fisura.
Bueno, nos veremos pronto. María.

Anónimo dijo...

Ya se ha dicho muchas veces: la verdad te liberará!

Al igual que Truman Show, Matrix nos plantea la posibilidad de vivir en una mentira "feliz" o encontrarnos con la cruel realidad y crecer. Todos tenemos esa opción, muchos deciden mantenerse en la mentira/ignorancia.

María dijo...

Pau:
Lo bueno de vivir en libertad tiene que ver con eso precisamente: elegir una opción; pero si hay mentira no hay opción; si hay mentira y verdad allí uno se enfrenta a una decisión magnífica.
A elegir!
Saludos.
María