UNO. Siempre me generó mucha intriga saber qué significan exactamente los avisos de demoras en las líneas ferroviarias. Nadie me lo ha podido dilucidar hasta ahora.
Quiero decir: si
un tren viene demorado una cierta cantidad de tiempo, digamos 10 minutos, entiendo que si tenía que pasar a una cierta hora, digamos las 12.00, pasará a las 12.10. Ahora bien, ¿qué pasa si la frecuencia de trenes es de uno cada 20 minutos y se anuncia que el tren viene 20 minutos retrasado? Había pasado uno a las 11.40 y el siguiente, 20 minutos demorado, pasará 12.20. El tren que llega 12.20, ¿es el tren de las 12.00 que llega demorado o es el de las 12.20 que llega puntual?
Se podrá responder, por supuesto, que eso dependerá de los trenes que vengan después. Si entre las 12.21 y las 12.40 pasan dos trenes, es claro que el que pasó 12.20 era el de las 12.00, que el de las 12.20 pasó también con alguna demora -quizá obligada por el retraso de su predecesor- y que el de 12.40 ya le devolvió la rectitud al cronograma. Si, en cambio, luego de las 12.20 el primer tren que pasa es el de las 12.40, claramente el de las 12.20 era nomás el de las 12.20, y el de las 12.00 no estaba retrasado sino
anulado.
DOS. En este último caso, también podría considerarse que el de las 12.00 no se anuló sino que pasó 12.20, que el de las 12.20 pasó a las 12.40, que el de las 12.40 pasó para las 13.00, y así ad infinitum, ya que el primer tren del día siguiente en realidad no lo sería, sino que sería el último del día anterior que salió demorado. Si lo tomáramos de esta forma, el desfasaje sería tal que ahora estaríamos viajando en servicios de más o menos la década del 80.
En fin, lo peor de todo es que generalmente de todo esto el viajero que debía tomarse el de las 12.00 y que terminó viajando a las 12.20 nunca se entera.
TRES. De cualquier manera digamos que hasta ahí la cosa está más o menos clara. La cuestión se complejiza cuando las demoras anunciadas son superiores a la frecuencia entre tren y tren.
¿Qué pasa si -tomando como base el mismo ejemplo anterior- se nos informa de que el tren viene con 25 minutos de retraso? En principio, uno podría suponer que el tren de las 12.00 pasará a las 12.25. Pero si se nos habló sólo del tren de las 12.00, no tendríamos por qué inferir que también está retrasado el tren de las 12.20. O sea, que tendríamos un tren a las 12.20 (puntual) y otro a las 12.25 (el de las 12.00, con 25 minutos de retraso).
Sabemos que la cuestión no funciona así, y que si un tren viene con 25 minutos de retraso, el siguiente también vendrá retrasado. Poco o mucho, pero lo cierto es que no será puntual.
CUATRO. Pero el problema mayor, el asunto que para mí no tiene solución, es cuando se habla (como lo hace el artículo que ilustra este post) de "retrasos de 25 minutos". Así, en plural: RETRASOS. Si todos los trenes vienen retrasados 25 minutos, quiere decir que se mantiene la frecuencia: el de las 12.00 pasará 12.25, el de las 12.20 estará en la estación 12.45, el de las 12.40 llegará a las 13.05. El problema lo tendrían los viajeros que pensaban abordar el primer tren que se retrasó y, luego, los que dependen demasiado estrechamente de un horario y que llegarán no más de cuarto de hora tarde. No es el caso de la mayoría de los usuarios del ferrocarril.
¿O es que los retrasos de 25 minutos indican que la frecuencia, es decir, el lapso entre tren y tren, aumenta en 25 minutos? En tal caso, el de las 12.00 pasará 12.25, y el siguiente pasará a las 13.10, y el siguiente a las 13.55... Mi experiencia me hace dudar mucho de que sea esto lo que se quiere expresar.
¿O es que los 25 minutos no son demoras sino directamente frecuencias? En este caso, el de las 12.00 llegaría a las 12.05, el siguiente a las 12.30, el siguiente 12.55, y así. Si así fuera -más allá de los problemas para darse a entender de los medios de comunicación- el problema no sería tan grave, porque, como en un ejemplo anterior, no podríamos llegar más de quince minutos tarde. Lamentablemente, la experiencia señala que tampoco es esto lo que sucede.
¿O es que las demoras de 25 minutos no se refieren a la llegada del tren sino al viaje en sí mismo? Es decir, que el tiempo total desde la partida del tren hasta su llegada a destino se vea incrementado en 25 minutos. Esta es la más complicada de las opciones. ¿Cómo saber dónde se demora el tren? ¿Sólo en un tramo o en todo su recorrido? ¿Cuánto afecta al viajero que se toma el tren por unas pocas estaciones? ¿Cuánto depende del tiempo total del viaje (no sería lo mismo tomarse el tren de Constitución a La Plata que el "vía circuito")?
CINCO. Y así suelo quedarme, naufragando en un mar de dudas del que no me puedo rescatar, mientras miro el reloj y calculo con cuánta demora llegaré a mis destino, con -si tengo suerte- mi trasero apoyado en las indiferentes chapas azules de los asientos de los trenes del Roca.